2025年3月6日星期四

Seis Principios para que Cristo se Forme en los Creyentes

 

Seis Principios para que Cristo se Forme en los Creyentes

Efesios 1:17-18 "Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él, habiendo sido iluminados los ojos de vuestro corazón..."

Romanos 6:6 "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos."

Éxodo 6:6-8 "Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy Jehová, y yo... os redimiré... y os... llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob..."

Filipenses 2:5 "Haya, pues, en vosotros esta mente que hubo también en Cristo Jesús."

Efesios 3:17 "Para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe..."

Gálatas 3:26, 29 "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús... Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa."

Efesios 1:13-14 "En él también vosotros... habiendo creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia..."

 

Principio

Explicación

Ejemplo

Aplicación

Escrituras Relacionadas

1. Sin Ver, No se Obtiene (Cristo)

Dios desea revelar a Su Hijo en nosotros. Esta revelación no es externa sino interna; no a través de visiones exteriores sino a través de una visión interior. Sin esta revelación interna, no podemos obtener verdaderamente a Cristo.

La experiencia de Pablo en el camino a Damasco donde Dios reveló a Su Hijo en él, permitiéndole conocer a Cristo y recibirlo como vida.

Necesitamos orar para que Dios abra nuestros ojos espirituales para que podamos ver a Cristo, conocerlo y recibirlo como nuestra vida y todo.

Gálatas 1:15-16 "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles..."

2. Sin Morir, No se Vive

Debemos ser crucificados con Cristo; nuestro viejo yo debe morir para que Cristo pueda vivir en nosotros. Esta es una unión orgánica a través de nuestra co-muerte y co-vida con Cristo, permitiéndole a Él convertirse en nuestra vida.

El testimonio de Pablo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí."

Cada día negar el yo, tomar la cruz y seguir al Señor; practicar no vivir según nuestras propias preferencias y pensamientos, sino según el Cristo que mora en nosotros.

Gálatas 2:20 "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."

3. Sin Salida (de Egipto-el mundo), No Hay Entrada (en la Buena Tierra-Cristo)

Debemos ser liberados del actual sistema religioso maligno del mundo antes de poder entrar en la plena experiencia y disfrute de Cristo, así como los israelitas tuvieron que salir de Egipto antes de entrar en Canaán.

La historia del éxodo de Israel de Egipto y la entrada en Canaán; Pablo testificó que Cristo "se dio a sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos del presente siglo malo."

Rechazar los valores y el estilo de vida del mundo; ya no confiar en prácticas religiosas de guardar la ley para la justificación, sino confiar únicamente en Cristo y vivir en Él.

Gálatas 1:4 "El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre."

4. Sin Permanecer, No Hay Fruto

Debemos permanecer en Cristo y mantener una unión orgánica con Él para llevar el fruto de vida. Cristo debe hacer Su hogar en nuestros corazones y establecerse en nosotros antes de que pueda producir fruto en nuestras vidas.

La relación entre la vid y los pámpanos; Cristo haciendo Su hogar en nuestros corazones y permeando todo nuestro ser, morando en nosotros.

Practicar la comunión diaria con el Señor, acercarse a Él continuamente, dejar que Su palabra more ricamente en nosotros; mantener una unión de vida ininterrumpida con el Señor.

Juan 15:4-5 "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto..."

5. Sin Ceder, No Hay Formación

Debemos permitir que Cristo permee todas las partes internas de nuestro ser, que posea toda nuestra persona, que sature e impregne nuestra mente, emoción y voluntad, para que Él pueda formarse en nosotros.

Pablo sufriendo de nuevo dolores de parto por los creyentes hasta que Cristo sea formado en ellos; Cristo haciendo Su hogar en nuestros corazones, poseyendo todo nuestro ser.

Abrir nuestra mente, emoción y voluntad al Señor; dejar que la mente de Cristo se convierta en nuestra mente; dejar que Su amor llene nuestra emoción; dejar que Su voluntad se convierta en nuestra voluntad.

Gálatas 4:19 "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros."

Efesios 4:23 "Y renovaos en el espíritu de vuestra mente."

6. Sin Formación, No Hay Herencia

Cristo debe formarse en nosotros antes de que podamos convertirnos en hijos maduros, herederos para heredar la bendición prometida por Dios, y madurar en la filiación divina.

En el Antiguo Testamento, el pueblo escogido de Dios era considerado como niños, pero en el Nuevo Testamento, los creyentes son considerados como hijos maduros que heredarán la bendición prometida, que es Cristo como el Espíritu todo-inclusivo.

Perseguir la madurez espiritual, no permaneciendo en la etapa de infancia espiritual; permitir que Cristo se desarrolle plenamente en nosotros para que podamos disfrutar plenamente todas las riquezas que Dios nos ha dado.

Gálatas 4:5-7 "Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios."


Conclusión:

Esta tabla detalla los seis principios clave para que Cristo se forme en los creyentes, ilustrando el proceso de crecimiento espiritual desde la fe inicial hasta la madurez. Estos principios retratan colectivamente un viaje espiritual completo:

l   Primero, necesitamos ver a Cristo, recibiendo la revelación de Dios de Su Hijo en nosotros; luego, debemos ser crucificados con Cristo, permitiendo que nuestro viejo yo muera; después, necesitamos salir del mundo para entrar en la plena experiencia de Cristo; además, necesitamos permanecer en Cristo, manteniendo una unión orgánica con Él; también necesitamos permitir que Cristo posea todo nuestro ser, permeando todas nuestras partes internas; finalmente, cuando Cristo esté completamente formado en nosotros, podemos convertirnos en hijos maduros que heredan plenamente la herencia prometida por Dios.

l   Estos seis principios no solo están interconectados sino que también son progresivos, mostrando el viaje completo del crecimiento de la vida de un creyente en Cristo. Cada paso se construye sobre el anterior, guiando a los creyentes desde la fe inicial hasta la madurez, alcanzando finalmente la plenitud de la filiación divina.

 

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